Cuando perdemos un ser querido, un sin número de sensaciones y emociones parecen invadir nuestro mundo entero. Nos sentimos derrotados, sin fuerzas, fuera de lugar, fuera de tiempo. Nos encontramos en un espacio vacío en el que el pasar del día se siente eterno. Nuestra lucidez se desvanece sin aviso previo.
Entre el dolor y la preocupación, sólo nos consuela el apoyo, el buen entendimiento y la prudencia.
Un momento de duelo en cualquier contexto, nos lleva quizás aislarnos por completo; deseamos que no nos molesten con comentarios tristes que nos hagan sentir por el suelo. Requerimos de una mano amiga que nos respalde y en ocasiones nos dé un caluroso abrazo que emane un sincero “lo siento”.
La vida es como una caja de sorpresas: “Nadie está excepto al devenir del mañana”.
En el mes de septiembre, nos arroparon varios acontecimientos: el terremoto de México, en donde cantidad de personas perdieron a sus familias; el huracán Irma que dejó pérdidas en las islas Antigua y Barbuda; y el huracán María que devastó a Puerto Rico totalmente.
La inspiración de calma, es la mejor medicina para el alma cuando nos acorrala el pánico ante el duelo.
Si tienes un amigx que ha perdido un ser querido, un hijx, una madre, un padre, o abuelx, no digas una efímera expresión que genere más confusión o que quebrante su corazón ya en duelo: “Vivió lo que tenía que vivir”, “No te sientas mal, ya está con Dios”, “No te preocupes, ya no llores, sólo está durmiendo en paz”. Estas palabras ante una pérdida se desmoronan desmedidamente. Una persona en duelo no entenderá tu mensaje.
Evita decir palabras repetitivas que desorienten o que te hagan actuar impulsivamente. Recuerda que no sabes la batalla interna por la que está pasando tu allegadx; hazle sentir que estás ahí, que no está solx. Si te pide distancia, ayuda a que las cosas de su entorno fluyan lo mejor posible; si vas a decir algo, exprésate sabiamente: “Estoy aquí para lo que necesites” y aprende a escuchar lo que realmente la persona necesita en ese momento. Hazle sentir tu apoyo incondicional.
La solidaridad en tiempos de dificultad, es la verdadera manifestación de amor y comprensión.